Hace muchos años, la norma era cambiar el aceite de los motores cada 1500 kilómetros y, de paso, engrasar partes del chasís y las suspensiones, lavar el carro por debajo, refrescar los aceites de caja y transmisión, entre otras operaciones que eran sagradas en la ida al menos mensual a la bomba.
De esas cosas, solamente sobrevive el cambio del aceite del motor y ahora su vida es al menos cinco veces mayor, lo cual hace que el paso por la bomba se haya vuelto anual. A no ser para poner gasolina o hacer mercado liviano de comidas y golosinas o tomar un almuerzo rápido.
Sin embargo, a pesar del enorme progreso de las especificaciones y rendimiento de los aceites para los motores y la absoluta mejora del trabajo de estos mismos, cuyos computadores calculan la mezcla de aire y gasolina de la manera más precisa, de tal forma que hay una mínima cantidad de contaminantes que pasan y deterioran el aceite, muchos concesionarios piden cambios cada 5000 kilómetros, gasto al cual los clientes quedan conminados so pena de perder la garantía del vehículo.
Inclusive sucede en marcas que autorizan el uso del aceite de la máquina hasta por 10000 kilómetros, pero en la puerta del taller le dicen al cliente lo contrario.
Si su motor funciona perfectamente calibrado, los filtros son de origen y finos, es perfectamente válido usar el aceite por 8 a 10 mil kilómetros, sin importar el tiempo calendario que transcurra en recorrerlos. Porque también echan el cuento de que el aceite se cambia por meses de estancia en el cárter y no por horas de trabajo. Es lo mismo estar en el cárter, prácticamente hermético, que en un tarro en un mostrador. Los aceites no tienen fecha de vencimiento.
El enemigo mortal para el aceite es la gasolina (o ACPM) que no se quema y lo diluye. Para la mugre, está temporalmente el filtro, pero para lo otro no hay remedio.
Si el motor está bien sincronizado y el computador se ajusta bien a los cambios de altura y los encendidos en frío, el aceite va fresco, y más si hace buenas distancias en cada salida, ojalá no en el tráfico urbano. Muchos motores tienen lectores de estado del aceite y no advierten el cambio sino bastantes kilómetros delante de lo sugerido por la mecánica intuitiva.
No crea pues en cuentos comerciales. Tampoco en que hay que “engordar” el aceite cuando el motor está viejo, ni en aditivos ni cosas externas a lo que trae el carro cuando sale de la fábrica.
Publicado el: 24/08/2017
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